BREVE RETRATO DE UNA VIDA BIZARRA

25 febrero 2006

Sábado de retiro espiritual

Debo confesar que no recuerdo cuándo fue la última noche de viernes o sábado que decidí quedarme en casa.
Por lo que este es un evento fuera de lo habitual en mi vida que merecía ser compartido.
Después de meditar durante algunos minutos, mientras mi cuerpo ansiaba una cama donde reposarse y mi cabeza estaba en una pausa que sólo se veía perturbada por constantes puntadas, llegué a la conclusión de que ocho horas de sueño aunque sea un par de veces al año constituye tanto un derecho como un deber para cualquier ser humano... bueno, y para mí también.